dimanche 16 janvier 2011

Opinion - Edition - Noticias Latinas para el mundo

Opinion - Edition - Noticias Latinas para el mundo


HISTORIA COSMICA Y TERRESTRE parte 1

(Más sobre El Plan Cósmico) En 1974 se inició en Perú un proceso colectivo de Comunicación y Contacto con «Inteligencias Superiores», conocido hoy como «Misión Rahma». Las siguientes piezas de información sobre la Historia Cósmica y Terrestre, han sido transmitidas en diversos textos por Misioneros Rahma como Tell-Elam (Sixto Paz de Perú), Nordac (Ricardo González de Perú), Hell-Aham (Cristian Sánchez de Argentina), Talmir (Mauricio García de Chile) y Camilo Valdivieso (Chile), entre 1997 y 2007. Y compiladas y reunidas aquí por Xentor Xentinel a fines del 2007. Hay múltiples Universos, pero esencialmente podemos sintetizarlos en tres Universos, uno contenido dentro del otro: el Universo Inicial o Primordial, que es el Interno, es el llamado Universo Espiritual, Esencial u Original. Éste ha generado al Universo Mental, también llamado Eterno o Intermedio. Y éste a su vez ha creado el Universo Material, Físico o Externo. Cada uno actúa a través del otro. El Universo Material abarca las primeras 7 Dimensiones, habitadas por los Seres Ascendentes en Evolución. El Universo Mental abarca las Dimensiones 8 a 10, habitadas por Seres Ultraterrestres conocidos como los Helel o Resplandecientes. Y el Universo Espiritual abarca las Dimensiones 11 y 12, donde descansa el Todopoderoso Dios Uno. Los Helel se agrupan en 9 Órdenes, conocidas en la Angelología como los Ángeles, Arcángeles, Principados, Potestades, Virtudes, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines. Éstos últimos, los de mayor Jerarquía, son Hijos del Dios Uno. Los Helel son los verdaderos Creadores del Universo Material, no siendo éste el primero, y probablemente, tampoco el último. Ha habido muchos y muy distintos Principios, pues el Creador Principal se experimenta a sí mismo a través de sus criaturas. El Universo Material fue creado por el Universo Mental, porque el Mental se experimenta a sí mismo a través del Material, buscando con ello la Fuente de Todo. Porque es a través de la acción material dirigida con Conciencia, que lo mental puede llegar a vivenciar la Esencia Espiritual. En esta última Creación, las primeras Civilizaciones que fueron surgiendo, lo hicieron dirigidas por los Helel, quienes marcaron una pauta del desarrollo, procurando la consecución de un ideal mental que ellos mismos se habían propuesto. LOS CRISTALES DE LA CREACIÓN. Con el desarrollo de Naves Espaciales, la exploración del Universo y sus misterios fue una constante. De esta forma llegó el descubrimiento que cambió vertiginosamente el desarrollo tecnológico de las primeras Civilizaciones: sus Exploradores hallaron una forma extraña de cristales, verdes y brillantes, muy cerca del centro de las grandes formaciones nebulosas y próximas al peligroso núcleo de algunas Galaxias —en donde muchas veces perecieron al ser absorbidos por Agujeros Negros supermasivos—. Entonces sus científicos tomaron muestras y las estudiaron intensamente, concluyendo de que se trataba de un desconocido fenómeno de «transmigración» y condensación de la Luz Mental al haberse creado el Universo Material. Estos cristales eran diferentes a los conocidos en sus mundos de origen. El reciente hallazgo de aquellos impresionantes objetos verdes brillantes ponía todo en jaque: tenían un origen sobrenatural que les permitía acumular mayor cantidad de energía que los cristales convencionales. Ello, como es de imaginarse, supuso un gran salto tecnológico para aquellas Civilizaciones que, con el transcurso del tiempo, fueron aplicando el empleo de esos objetos para la industria, la Navegación Espacial, y más tarde para la guerra. Les llamaron «Ergomenón». Y de acuerdo a su geometría y programación podían ser aplicados a distintas tareas. Pero aún no habían visto todo. EL CRISTAL MAESTRO. Un grupo de científicos decidió estudiar el centro de la Gran Nebulosa de Orión. No era la primera vez que lo hacían, pero un accidente afortunado les llevó a dar con el mayor de los descubrimientos. La importante Nave, en la cual se desplazaban a través del torrente de Radiación Ultravioleta de la Gran Nebulosa —y resistiendo las duras condiciones allí reinantes— golpeó de pronto un objeto que inicialmente pensaron se trataba de masa en formación. A través de sus pantallas vieron el cuerpo de roca, ya fragmentado, y distinguieron en su interior descubierto un brillo esmeralda que ya conocían. Inmediatamente introdujeron el objeto en la Nave y, al limpiarlo de su efectivo «camuflaje», se encontraron con un bellísimo cristal octaédrico, que de inmediato se encendió y les mostró cual Oráculo el futuro de su Civilización, una Gran Guerra que vendría, y la aparición de una Nueva Raza que daría esperanza a todo el Universo. Esto llegó a ser conocido como la Profecía de Anrrom, palabra que significa «Día de la Gran Luz». Los científicos que hallaron el Gran Cristal, sorprendidos, comprendieron que aquel cuerpo había sido uno de los primeros en «pasar» al Universo Material cuando el Plano entero fue creado. Representaba el camino por el cual la Luz Mental se hizo sólida: una suerte de Alquimia Cósmica, y por ende el secreto de cómo se habían «construido» los Planetas y Estrellas, los Portales y las Galaxias. Aquel cristal maravilloso encerraba la Fórmula de la Creación. ¿Era un ser vivo aquel cristal? ¿Qué fuente mantenía el orden de su perfecta estructura geométrica? ¿Cómo podía «ver» el futuro? Sea cual fuese la respuesta, los Exploradores Extraterrestres no podían abandonarlo a su suerte en el Espacio. Sabían que no tenían más remedio que llevarlo con ellos. Finalmente lo tomaron como una misión, y se transformaron en sus primeros Custodios. Esta fue una razón de peso por la cual distintas Civilizaciones se empezaron a interesar en la Nebulosa de Orión... LA GUERRA ANTIGUA. Entonces un grupo de grandes Seres Insectoides, fue a Orión para tomar muestras de la Nebulosa (incluyendo Ergomenones), como parte de un estudio tanto científico —para mejorar su raza— como espiritual, pues deseaban comprender el misterio de la Creación de las Esencias. La Nebulosa de Orión tiene una contraparte espiritual, conocida como RAH, «El Dador de Vida». Precisamente, RAH es el «Estanque Cósmico», el Espíritu o «Alma Mater», de donde «destilan» las Esencias o Almas de los Seres Inteligentes de la Constelación de Orión. (Aunque Nordac se refiere a RAH como «El Dador de Vida», tal vez sea más correcto decir «La Dadora de Vida», ya que es concebida como una Madre Cósmica). El grupo Insectoide procedía del Planeta Acudrux, del Sistema Antares de Escorpio. Esta visita no fue bien recibida, por cuanto el celo de los Orionitas frente a la «Santidad» de RAH o «El Dador de Vida» era extremo. Y la tensión no pudo ser manejada, teniendo en cuenta que los visitantes de Antares, estaban haciendo sus estudios, sin haber comunicado de ello al Consejo de Orión. A consecuencia de este episodio, estalló una verdadera Guerra que comprometió a otras Civilizaciones Extraterrestres. Una Guerra en la que mundos enteros fueron exterminados. Fueron empleadas armas terribles y mortíferas, y los líderes de ambas partes —Orión y Escorpio— concentraron su avance tecnológico en la creación de nuevas armas y hasta Ejércitos de Clones. En Orión se creó genéticamente una raza, al servicio de esta Guerra. Aunque de cuerpo frágil y pequeña estatura, aquellos hombrecillos grises serían dotados de una gran capacidad de aprendizaje, constituyéndose en poderosos científicos y operadores de tecnología. Eran los principales aliados de los Orionitas. Pero no fue suficiente. Los Antarianos habían desarrollado armas letales que estaban inclinando la balanza a su favor. Sin embargo, para los Orionitas la Guerra continuaría, aún a costa de su propia desaparición, que no parecía tener tanta importancia como los mundos inocentes que se vieron afectados directa o indirectamente por esta espantosa Guerra Cósmica, conocida en los Grupos Rahma como «La Guerra Antigua». Conmovido por el peligroso desarrollo de esta Guerra, el Comandante Supremo de las Fuerzas de Orión, Satanel o Satanael —un Hombre-Serpiente del Sistema Rigel de Orión—, llevó a cabo una intensa campaña por conseguir una tregua en medio del enfrentamiento cósmico, lo cual logró, entrevistándose inclusive con el mismísimo Consejo de Antares. Fue el inicio de la Paz. LOS 33 EMISARIOS DE LA PAZ. En la Gran Guerra habían estado involucradas las 14 Civilizaciones de Orión por un lado, y la de Antares y sus Aliados por el otro. Y fruto de la paz y el intercambio mutuo en armonía, se creó el «Consejo de los 33», con un representante por cada Civilización. Satanel, por sus denodados esfuerzos en pos de la paz, fue elegido por unanimidad para ser el representante de la Liga de Orión... El lugar elegido para cobijar esta iniciativa cósmica sería Ahelón, el Tercer Planeta del Sistema Mintaka de Orión, que se convirtió en la sede de tres importantes Consejos: el de los 14 de Orión, el de los 24 Mayores de la Galaxia, y el recién establecido Consejo de los 33, la base de operaciones de los «Emisarios de la Paz Galáctica». (Nordac afirma haber sido proyectado en Esencia o Espíritu hasta Ahelón desde la Gran Pirámide de Gizeh, ya que esta Pirámide representaría al Sistema Mintaka donde se encontraría el Planeta Ahelón). Por su parte, los pequeños hombres grises controlados por Satanel, fueron desplazados al Sistema Zeta Retículi de la Osa Mayor. Y el Ejército de Orión fue reconvertido en una Orden de «Guardianes y Vigilantes de la Paz Galáctica». Entonces, los primeros Exploradores, los que habían encontrado el Gran Cristal, se exiliaron y dejaron éste a custodia de un grupo de 9 Guardianes y Vigilantes, comprometido en secreto con la Profecía de Anrrom. Su función era cuidar, venerar y respetar el Ergomenón Maestro. También se construyó una Gran Nave, blanca como la nieve, y con forma de Pirámide o campana. Sería conocida como la «Nave Campana» —en lo que podríamos comprender en nuestro idioma— con su significado de llamado al Despertar, a la paz que ahora volvía al Espacio y que sentaba las bases de un Nuevo Orden. Esta Gran Nave llevaría a los 33 a visitar diferentes mundos para sembrar aquel llamado a formar parte de Confederación Galáctica. Llegaron a hacer esto en 9 ocasiones, antes de la Rebelión de Satanel... EL CONCILIO HELEL. La Humanidad de la Tierra tiene un Nivel de Evolución Colectiva 3.3 (Cuerpo 3D y Conciencia 3D), aunque hay individuos aislados de Nivel 3.4, 3.5 y hasta 3.6. Los Orionitas y otras Civilizaciones, en cambio, habían alcanzado rápidamente estos Niveles de un modo colectivo. Pero luego no se pudo avanzar más, produciéndose un estancamiento general. Esto era algo terrible, por cuanto el Universo Material es dinámico, y un estancamiento significa una grave crisis, una verdadera contradicción. Esto llevó a que se produjera una especie de Concilio Cósmico entre los Helel Serafines, para deliberar sobre las causas y consecuencias de dicho estancamiento. En el Proceso Evolutivo, se había logrado conectar el Universo Material con el Mental a través de la Mente. Pero no se había llegado a conectar el Material con el Espiritual a través de la Esencia. Por ello, las Civilizaciones Avanzadas, habían llegado a ser mentalmente espirituales, pero no espiritualmente espirituales. Durante el Concilio, uno de los Helel Serafines aportó que, según su apreciación, el error cometido se debía al hecho de haber permitido que se accediese demasiado fácilmente al Conocimiento, restando méritos al esfuerzo de hallarlo. Por lo mismo recomendaba que se invirtiera la figura, y se hiciese lo necesario para dificultar las cosas, introduciendo en el Universo Material, Seres Mentales que colaboraran en el ocultamiento de información y dificultaran al máximo el acceso a ésta. Éstas Entidades actuarían como disociadoras, separando lo que estaba unido, y creando la ilusión de la imposibilidad e inaccesibilidad hacia lo Superior y Trascendente. Éstas Entidades se convertirían en los llamados Demonios, a los que con el tiempo, se les irían sumando en la Tierra diversos tipos de Espíritus, incluyendo los de los muertos terrestres atrapados en el Bajo Astral. El problema que se planteaba era que la Entidad que sugería la modificación de las Reglas del Juego, consideraba que debía seguirse trabajando con las Civilizaciones más avanzadas, que dependían directamente de ellos. Estos Discípulos de aquellos Apoderados Cósmicos, merecían según su parecer, la prioridad en el Proyecto de Avance Evolutivo, porque además, según él, les restaba muy poco para alcanzar el Nivel 3.7. Pero si bien es cierto que los demás Helel Serafines valoraron su aporte, no estaban de acuerdo con que se variasen las condiciones y la relación con las Civilizaciones más adelantadas, lo cual podría ser percibido o interpretado como una traición por parte de los Helel. Y que más bien, de buscarse y experimentar alternativas nuevas, debía trabajarse con Civilizaciones que recién se hubiesen iniciado o que todavía no habían surgido, y fueran a tener un destino incierto. Por ejemplo, Planetas adecuados para un desarrollo superior, pero que fueran a tener una desaparición súbita. EL PROYECTO UR. Por ello, otro Helel Serafín planteó la posibilidad de crear una alternativa mediante un experimento especial en Planetas Clase «UR», es decir, Planetas Azules cuya vibración los convierte en Planetas predestinados para un desarrollo espiritual superior, siempre y cuando logren superar sus agudas crisis de inestabilidad. Estos mundos están sujetos a una vida efímera, debido a que fácilmente entran en convulsión o atraen otros cuerpos del Espacio que colisionan con ellos, destruyéndolos. Pero a la vez, esta inestabilidad permite una gran biodiversidad. Por ello, suelen ser seleccionados como laboratorios de experimentación natural de nuevas formas y alternativas de Vida y Evolución. Se escogieron dos Planetas por Galaxia de un total de 4 Galaxias de nuestro Grupo Local. Eran 8 mundos, todos con las mismas oportunidades, y siempre, a partir de pertenecer a la Clase «UR». Pero Planetas donde el proceso de vida hubiese cesado violentamente, y pudiesen hacerse las modificaciones del caso. El Proyecto consistía en tratar de crear las condiciones como para que más adelante surgieran en ellos, Civilizaciones con un potencial psíquico y espiritual capaces de ubicar y abrir por sí mismos Portales Dimensionales, para reconectar en su momento los Universos entre sí a través de las Dimensiones y Planos de Conciencia. Para lograr lo que otros no habían conseguido, pero en un Tiempo Sin Tiempo. De este modo, tenemos a una Evolución como expectante de otra Evolución paralela, creada al lado. Al ser un hecho la Navegación Espacio-Temporal, se pueden crear Tiempos Alternativos, donde se puedan barajar posibilidades nuevas y convenientes. Es posible saltar dentro de un Tiempo que tiene forma espiral, y viajar así al pasado de mundos que se destruyeron en su proceso de formación, y que si se llegase a evitar dicha destrucción, dependiendo del momento en que se hiciese la modificación, no se estaría alterando inconvenientemente, sino que, en gran medida, se estarían creando nuevas oportunidades con consecuencias muy positivas, que podrían beneficiar a muchos. Si se llegase a cumplir con el programa previsto para cada uno de esos mundos, no se estaría afectando negativamente el Orden Universal, por cuanto originalmente no hubiese sido. Y si por cualquier motivo se interrumpía el proceso en el camino, tampoco afectaría, porque de todas formas no iba a ser. Se tomarían todas las precauciones para que las intervenciones crearan posibles alternativas positivas y ninguna negativa. Una de las 4 Galaxias seleccionadas sería la Vía Láctea, y uno de los 2 Planetas escogidos dentro de esta, llegaría a ser la Tierra... Pero esta modificación no le agradó a aquel autor de la propuesta original y del diagnóstico sobre el Estancamiento Evolutivo, aquel que conocemos legendariamente como Luzbel... A Luzbel le disgustó la posibilidad de que Civilizaciones nuevas y «advenedizas», que no habían recibido la instrucción directa de ellos como fuente, pudiesen alcanzar rápidamente Niveles Evolutivos muy altos y hasta lograran encumbrarse por encima de las otras Civilizaciones más antiguas. Y así manifestó entonces su descontento, saboteando de diversas formas el Plan Cósmico que surgió de aquel Concilio. Además, el otro Helel Serafín señaló un «error» en una de las Civilizaciones más poderosas del Espacio, y que sintetizaba la crisis que se estaba viviendo: Orión. Su tendencia guerrera y colonizadora se estaba convirtiendo en un grave problema en el Universo Material. Para encontrar la llave que permita comprender desde otra perspectiva esta situación y solucionarla, se decidió que la siembra de Patrones de Vida en los Planetas UR provenga de la Fuente Madre que originó la vida de esas Civilizaciones. En el caso de la Tierra, se sembraría una Molécula de Vida procedente de la Nebulosa de Orión. Se haría así bajo un propósito: si los habitantes de estos Planetas lograban volver al Real Tiempo del Universo, a través de una actitud más armónica y responsable, sobre la base del Amor como herramienta de Ascenso Evolutivo, demostrarían a estas Civilizaciones que sí es posible corregir estas tendencias, siguiendo una perspectiva espiritual, más amplia y completa. El otro Helel Serafín es aquel que conocemos legendariamente como Micael, Enmanuel o el Cristo Cósmico... Fuente: RahmaFecha: 16/01/2011

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